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¿Sabemos evaluar a las personas?

Solemos ser muy injustos, cuando interpretamos conductas en personas que nos rodean. Les traigo esta interesante historia, tomada del famoso libro La Culpa es de la Vaca, de Jaime Lopera y Marta Bernal.

Había un hombre que tenía cuatro hijos. Como parte de su educación, él quería que ellos aprendieran a no juzgar a las personas y las cosas tan rápidamente como suele hacerse. Entonces los envió a cada uno, por turnos, a ver un árbol de peras que estaba a gran distancia de su casa.

En su país había estaciones, así que el primer hijo fue en invierno; el segundo en primavera; el tercero en verano y el cuarto en otoño.

Cuando todos habían ido y regresado, el padre los llamó y les pidió que describieran lo que habían visto. El primer hijo dijo que el árbol era horrible, giboso y retorcido, parecía seco y sin vida. El segundo dijo que no, que el árbol estaba cubierto de brotes verdes y lleno de retoños que prometían flores. El tercer hijo no estuvo de acuerdo: él dijo que estaba cargado de flores, que emanaba un aroma muy dulce y se veía hermoso; era el árbol más lleno de gracia que jamás había visto.

El último de los hijos tampoco estuvo de acuerdo con ninguno de ellos. Dijo que el árbol estaba cargado de peras maduras, lleno de savia y bienestar. Como los pájaros acudían al peral para comer de los frutos que se estaban marchitando, todo a su alrededor se llenaba de un exquisito aroma.

Entonces el padre les explicó a sus hijos que todos tenían la razón, porque ellos sólo habían visto una de las estaciones de la vida del árbol.

Y añadió que por eso no se podía juzgar a una persona por sólo ver una de sus temporadas: "La esencia de lo que son los hombres, el placer, la tristeza, el regocijo y el amor que vienen con la vida, sólo pueden ser medidas al final, cuando todas las estaciones hayan pasado".

¿No será por esta razón que nos quedamos con una idea prefijada de una determinada "estación" de una persona, a partir de la cual la juzgamos el resto del tiempo?

¿No será que debemos entender a las personas como móviles y no como estacionarias?

Me parece que esta historia nos debe generar oportunas reflexiones. Son muchas las personas que tienen serios problemas en sus relaciones inter personales, en el trabajo en equipo, en sus actuaciones dentro de cualquier empresa, organización o institución de cualquier tipo.

"La primera impresión, suele marcar las relaciones personales", es una conocida conseja aplicada en las relaciones humanas. Si bien puede ser cierto que esa expresión es reconocida como válida, es obvio que también resulta tremendamente injusta y alejada de la realidad.

No resulta correcto, aunque repito implica un cambio en una costumbre que ha podido irse generando, que nos dejemos llevar por la primera impresión y luego nos "sellamos" ante esa persona y la etiquetamos de una determinada manera.

Recordemos que nuestro cerebro nos ayuda en aquello que se conoce como profecías auto cumplidas. Es decir, una vez que nos cerramos y atrincheramos en un concepto sobre alguien, entonces nuestro cerebro "buscará" siempre la manera de encontrar en esa persona, esas respuestas que nosotros buscamos en ellas....y por supuesto, esas reacciones aparecerán!!!!

Esta historia nos alerta, y la vida diaria también, sobre los enormes riesgos y graves errores que se cometen cuando somos ligeros y superficiales al juzgar a cualquier persona que conocemos

Lo sensato, provechoso y útil, aunque no se suele hacer, es ser equilibrados, integrales y justos en la evaluación de alguien con quien debamos trabajar o tener algún tipo de relación personal o laboral

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