¿Cómo influye la arrogancia, en los cambios de Paradigmas?
Deseo compartir con mis respetados lectores, un reportaje titulado la Anécdota del Portaaviones, publicado en la pag web: www.unaibenito.com, la cual expresa:
“Un portaaviones había estado de maniobras en el mar con tempestad, durante varios días. Poco después de que oscureciera, el vigía que estaba en el extremo del puente informó:
«Luz a estribor».
« ¿Rumbo directo o se desvía hacia popa?», gritó el capitán.
El vigía respondió
«Directo, capitán», lo que significaba que nuestro propio curso, nos estaba conduciendo a una colisión con aquel buque.
El capitán llamó al encargado de emitir señales.
«Envía este mensaje: Estamos a punto de chocar; aconsejamos cambiar 20 grados su rumbo.»
Llegó otra señal de respuesta:
«Aconsejamos que ustedes cambien 20 grados su rumbo».
El capitán dijo: «Contéstele: Soy capitán; cambie su rumbo 20 grados».
«Soy marinero de segunda clase —nos respondieron—. Mejor cambie su rumbo 20 grados.»
El capitán ya estaba hecho una furia. Espetó: «Conteste: Soy un portaaviones. Cambie su rumbo 20 grados».
La linterna del interlocutor envió su último mensaje: «Yo soy un faro».
¿Qué les parece?, apreciados lectores
Esta real historia, tiene profundas enseñanzas para los seres humanos y especialmente para los líderes y personas con altas posiciones, en cualquier institución pública o privada, empresa o cualquier ente social.
¿Cuántas veces actuamos como el Capitán del Portaaviones?, llenos de soberbia, arrogantes y desbordados de altivez. Allí observamos que el capitán no tenía la “lectura” clara de la situación, que su visión era errada, que tenía información falsa, que no llevaba buen rumbo, que tenía un equivocado paradigma, sobre la situación externa, que la REALIDAD era muy distinta a su interpretación y entonces, lejos de revisar su punto de vista, de asegurarse que tenía la adecuada información, que tenía un acertado rumbo, que su enfoque era totalmente errado y que debía RECTIFICAR, tomando en consideración la visión de la otra “luz”, el Capitán estaba a punto de estrellarse y destruir su nave, por la resistencia a cambiar de paradigma, de cambiar su “verdad” e interpretación de los hechos. El Capitán no quería rectificar su paradigma o interpretación de la realidad, por su arrogancia, falta de humildad, sentido común y un sano criterio, de respetar al contrario y analizar su punto de vista.
Esa arrogancia del referido capitán, es muy común en la vida real. Esa soberbia es la responsable de que muchas veces, las empresas se arruinan, las instituciones caen en crisis, se hacen malos gobiernos y se crea caos en las organizaciones, cuando son dirigidas desde esa resistencia a cambiar de paradigmas.
Los seres humanos, y con particular relevancia para los lideres, deben ser muy cautos al “leer” el entorno y la situación que los rodea. Nadie está exento de errores y malas interpretaciones de la realidad, pero ello SE CURA, con la humildad adecuada y la madurez para tomar en consideración la opinión contraria y nuestra disposición a cambiar nuestra interpretación. Es decir, lo sensato es revisar nuestros paradigmas y la visión que podemos tener de alguna situación, para hacer los ajustes y rectificaciones del caso.
Es muy común que aún existen líderes, quienes ante las sugerencias de sus subordinados, ante las advertencias de quienes les rodean, lejos de escucharlos y “validar” sus opiniones, hacen lo contrario y ordenan dar impulso a sus “portaaviones” y terminan destrozando lo que se oponga a su visión. Lo mismo ocurre con los seres humanos, que prefieren “estrellarse” que rectificar sus puntos de vista.
OJO con los “faros” que nos encontramos en nuestras vidas
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Hasta la próxima semana. Gracias por leerme.
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